miércoles, 30 de septiembre de 2009

Conversaciones con Manolo


Estoy en la soledad de mi mismo. Sólo yo y nada más. Escucho el silencio.

Es de día, pero nada se escucha.
Mi pecho tiene pinchazos debido a la ansiedad, los del corazón son más dolorosos.
¿Qué me está pasando?
Lo mejor será sentarme en el camino y esperar que llegue el futuro. El futuro es algo inexistente que todo el mundo trato de planificar.
El ser humano no vive el presente, simplemente planifica la no existencia de un futuro incierto.
Esta falta de presente es la que posiblemente nos hace ser infelices, así lo piensa mi amigo Manuel.
Manuel es el mejor amigo que tengo, cuando siento la soledad, lo llamo y el está en mejores o perores condiciones para escucharme.
Es curioso es más importante el escuchar, que el hablar. En cambio las personas no nos escuchamos, y por ese ruido externo a nosotros, es por el que nos dejamos guiar en el hacer de cada día.
Esa falta de presente y la planificación que tratamos de hacer del día a día, es lo que nos produce el agotamiento, ya que las interferencias diarias nos generan un incumplimiento de lo planificado y esto nos termina generando lo que se denomina estrés y que degenera en frustración que nos conduce a la enfermedad.
Debemos pensar en el presente es lo único que realmente existe y acoplar la planificación, que hicimos de ese presente en el pasado próximo, a la nueva situación.
Para ello lo mejor es hacer el mínimo de planificación, o mejor dicho hemos de planificar lo importante y no dejarnos arrastrar por lo que llamamos urgente, ya que si lo fuera lo tendríamos por importante.
Nuestra vida no es un sistema estático, basado en pasado, presente y futuro, sino que es dinámico en el presente, ya que el resto es inexistente.
La dinámica del presente, esta llena de circunstancias externas que nos acorralan y nos obligan a actuar, estas interferencias que nos ocurren en el día a día y que nos afectan generándonos sensaciones negativas, es lo que considero como “fragor”

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