miércoles, 21 de octubre de 2009

Mujer Segunda parte


Nuestros ancestros según parece, eran nómadas y en aquel entonces hombres y mujeres, colaboraban juntos dentro del clan o tribu.
Sus labores eran fundamentalmente las de recolectar y el cuidado de los elementos de la tribu.
Considero que no existía un rol de genero, excepto en el cuidado de los hijos menores o bebes, desconozco como debía ser pero intuyo la no existencia de parejas estables, un mayor predominio de matriarcado.
Los hombres rivalizaban por las mujeres, pero en esa situación de matriarcado y la poca esperanza de vida de los humanos, esa rivalidad era buena y permitía que los mejores “machos” interviniesen en la procreación de la especie.
La hembra seleccionaba de esa manera a su pareja para engendrar los hijos, que continuarían la especie.
En eso poco a cambiado la humanidad pues siempre es la mujer la que selecciona al hombre y no al revés aunque algunos ilusos lo crean. No enamoramos a las mujeres ellas son las que hacen que nos enamoremos de ellas.
Bueno ese es otro tema.
En su devenir la tribu, debió encontrar un territorio que le proveía de alimentación y cobijo, unido a una adecuada climatología y se asentó allí.
Es decir el hombre paso de ser un nómada a un ser sedentario.
Creo su campamento, asentó a su clan en él y tuvo que repartir los papeles o roles entre los diferentes elementos de la tribu.
Los hombres pasarían a desarrollar las actividades de caza, pesca y defensa del poblado, conservando en parte el espíritu nómada, en la busca del alimento (caza).
La mujer corrió con el cuidado, alimentación y educación de la prole, así como el cuidado de la casa, el trabajo recolector y posteriormente la agricultura.
Posteriormente aparece la unidad familiar, en la cual se separan de forma más clara los roles macho y hembra.
En el inicio el hombre será cazador y trashumante, saliendo en partidas a ejercitar la búsqueda de alimento, mientras la mujer se queda en el campamento a cargo de la prole y la agricultura.
Cuando los varones adquieren una determinada edad son separados de la madre y pasan a formar parte de los ritos iniciativos de la actividad de sus mayores, transmitiéndoles de padres a hijos el conocimiento y habilidades propias de su genero.
En líneas generales esta situación con las correspondientes adaptaciones, a las diversas circunstancias, es la sociedad que llegó hasta el siglo XIX de nuestra era.

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